Lloro dos o tres veces al día. Desconsoladamente, como los desconsolados. Después me rearmo y vuelvo a la vida, aunque con menos energía que una diva de vampiro; tardo horas en hacer cada cosa, pero la hago.
En un artículo de Búsqueda se dice al final que debe estar con Patricia tomándose unos whiskies. La imagen me da paz. Supongo que Escanlar podrá quedarse tranquilo, dado que en el Cielo no se gastan los fondos de las pensiones estatales…