Bué: ¡menos mal! Ya me estaba preocupando. El 30 le mandé un mail a Levrero, como cada tanto, a ver si se arrepintió y está allí de nuevo. La verdad es que me tenía algo nerviosa pues no se había rebotado; llegué a pensar que había vuelto pero estaba enojado, y por eso no me contestaba. O, peor aún, que alguien había registrado la casilla a su nombre, y que de ahí podía empezar a contestarle a la gente (no sé si eso es posible: espero no estar haciendo como esos programas tipo “CSI”, que le dan ideas a los asesinos!).
Pero hoy, al fin, llegó ese fatídico mensaje que recibí tantas veces hace como cuatro años…
Hi. This is the qmail-send program at relay00.pair.com.
I’m afraid I wasn’t able to deliver your message to the following addresses.
This is a permanent error; I’ve given up. Sorry it didn’t work out.
alvartot@adinet.com.uy
200.40.30.218 does not like recipient.
Remote host said: 550 RCPT TO alvartot@adinet.com.uy User unknown
Giving up on 200.40.30.218.
Y sí, ni siquiera la casilla de mail de uno es inmortal…
Sin embargo, los mensajes que todavía mandás me parece un gesto que, por sí mismo, dibuja un lazo que perdura más allá de la muerte.