Luego de escribir el post anterior, tuve curiosidad por ver si había algún rastro de mi amigo en la web: en realidad él murió cuando ésta recién despegaba, al menos en Latinoamérica (1996), y si bien en aquel momento varios escribieron en los periódicos sobre esta pérdida para la cultura (y para los amigos, pero en privado), era de esperar que en internet José Manuel jamás hubiera existido.

Pero había, sí, un cartelito, un dibujo, un mensaje. Sólo uno, pero era inequívocamente referido a él. Alojado en la página de (¡oh!) Giacoman.

In memoriam

Uno tira de la punta de la madeja, y de pronto se vuelve Ariadna…

Me pareció hermoso que estuviera esto ahí, escondido. Gracias a esos dos amigos tan fieles que recuerdan y recuerdan. ¿Qué seríamos los seres humanos sin memorias, sin velas prendidas, sin lápidas, sin historias?