El sábado 27 de tarde doy “Calaveras, flores y tequila”, un taller que armé al volver del destierro para trabajar el espinoso tema de la muerte desde la sabiduría popular mexicana (aprovechando, siempre a fines de octubre, el inminente Dia de Muertos y mi naturaleza “bilingüe” entre las culturas de Uruguay y México). Lo di en 2005 y lo daré todos los años, gratis, mientras Dios me dé vida y esté en este país, pero lo lindo es que este año es en la Embajada de México que tiene un espacio hermosísimo, inaugurado hace pocos meses. El cupo se ha agotado, lo que me gratifica mucho (siempre me sorprende la buena recepción de mis extravagantes propuestas, juas! me da ánimos saber que a otra gente le viene bien lo que tengo para ofrecer).

Ahora, no sé si es por eso, o porque al otro día es mi cumpleaños y como todo ciclo mueve la famosa mortalidad, pero hoy volví a hacer el Death Test y parece que me muero a los 76. Es increíble que todavía tenga tanta cuerda (según esto, vivi el 58% de mi vida: ¡es poquísimo, considerando lo vieja que YA estoy!). Cualquiera hubiera dicho que yo de los 27 no pasaba!

De todos modos, no niego que es medio impresionante el asunto. Brrrrr, ya quiero que sea mediados de noviembre y salir del maldito, oscuro, tenebroso y profundo como el terciopelo negro Escorpio…

DEAD AT 76

cancer