Cuando veo El libro de los pedacitos mágicos entre los enlaces favoritos de algunos internautas asiduos, me topo con la realidad que trato de obviar: “Actualizado hace 4 semanas”. Maldito letrero. Lo peor es que, en el fondo, bien que lo sé: no es que no me haya dado cuenta. Mil y una vez tuve ganas febriles de contar algo aquí, de compartir trozos de los diarios personales que estoy leyendo. Una caja entera subí del sótano. Son viejos, muy viejos, pero sabios, o por lo menos conscientes de sus procesos. Y uno que conoce los finales de las historias (de algunas historias: otras están en progreso) se maravilla del privilegio de tener semejantes registros documentales. Es increíble, también, cómo va cambiando en nuestra memoria lo vivido: nos queda una “versión oficial” de los hechos, algo que nos hemos creído a fuerza de repetirlo. Pero cuando uno tiene acceso al momento, a la introspección desde el presente (que hoy es pasado, pero en el diario sigue siendo presente), no siempre coincide con aquello que finalmente hemos aceptado como cierto. La autobiografía es una mariposa cazada en el instante en que vuela; si no, es casi casi una ficción. Ahora que empiezo el taller de historia personal, será bueno tener esto presente.
El asunto es que no escribo en el blog. Se me deshilachan las experiencias antes de sentarme a tejerlas. Soy una araña mala, un hilo de Ariadna sin madeja.
Si escribiera cada día, o cada dos días, esto no me pasaría: serían comentarios pequeñitos, pedacititos mágicos o vulgares, no una maraña imposible de ordenar sin brincar de una cosa a otra, como si estuviera navegando en internet. ¡Pero no lo hago!
En uno de mis diarios, encontré una frase que, en su momento, me hizo llorar de la impresión, cuando la leí por primera vez. Es de Kafka, aparece en uno de sus diarios o sus cartas:
merodeando la locura
Hay infinitos tesoros a recuperar en esos escritos, míos y ajenos. Lo único que tengo que hacer es un poco de arqueología, que la hago -a veces me quedo leyendo hasta las cuatro de la madrugada tomos de 15, 20, 25 años atrás, pacientemente borroneados con mi característica letra manuscrita-, pero de nada sirve la investigación sin reportes finales, conclusiones, documentos. No queda constancia de esos viajes, ni para mí siquiera. El juego de los tiempos es de ida y vuelta, no puede quedarse solamente en el pasado.
Astor grita en este momento desde el baño: “¿Hay arañita?”. A menudo lo hace; necesita que esa tranquilizadora y mentirosa voz de su mamá le diga: “No, ya revisé hoy”. Pero no deja de ser curioso que justo ahora me salga con la araña. Yo, la araña que no teje su tela.
Cuando le dije al terapeuta que lo que realmente me hace bien para descansar, o lo que me hubiera gustado poder hacer también en las vacaciones, es subir al altillo y leer los diarios viejos, pensó que me refería a los periódicos. Como si fuera a tener escondida una maniática hemeroteca con ediciones pasadas de El Día, Jaque, Marcha o quién sabe qué más. Pero mi único tema de arqueología soy yo misma.
Te entiendo, SorJu, yo estoy igual, sin actualizar el blog porque si me sentara a escribir, cada post sería un popourrí de ideas sueltas. Desde la última de Tarantino, pasando por la muerte de Salinger, los misterios de la traducción literaria y algunos sueños demenciales. ¡Regálenme una brújula para mi cumpleaños!
Buenísima y perturbadora la cita de Kafka. Pero no debería ser "un escritor que no escribE" (con e)?
Beso,
F
Querida Gabriela: te tomaste el año (en parte) para poder escribir. No dejes de hacerlo. Seguramente te vas a sentir mucho mejor cuando empieces a ver tus letras plasmadas de una u otra forma.El tiempo nos traiciona, la atención se nos dispara a otros quehaceres pero…algún ratito TENEMOS que encontrar. Yo estoy haciendo el esfuerzo y me alegro.
Son esos malditos subjuntivos misteriosos del idioma español! Averiguaré con gente que sí sabe, no como yo… Pero según mi diario, la cita es esa.
Seguí el ping pong de Tarantino: no estaba de acuerdo con tu primer planteo -personalmente, disfruté la película muchísimo, gozo puro-, pero me encantó y concuerdo con la aclaración sobre la "estética de la violencia", muy cool si nunca te pasó nada de verdad. Y está bien dicho, eh, todo tu post en esa olla de grillos de los escritores uruguayos! (solo te animás a participar porque estás lejos, decí la verdad…son sangrientos, al pedo)
Eli, gracias por sus palabras, señora de las brevedades (yo también lo soy: no de haikus sino del Twitter). Pero no te olvides que mi "año para escribir", que no es un sabático porque no puedo tomarlo (si no, lo haría), empieza recién en mayo: ahora estoy trabajando muchísimo, con 19 alumnos de mitología y atendiendo la promoción de autobiografía, todo sea para hacer un "colchoncito". Y un niño de cinco años, que además está en casa full time! No puedo pensarlo en términos del "año para escribir", al menos no estos próximos meses. Pero mi perturbación viene de darme cuenta de que podría escribir algo cortito, una continuidad, un espacio mínimo, y eso no lo hago. Un lugarcito a codazos cotidiano, una práctica.
Quizás debo ir a mis talleres… Pero no hay cupo, ja ja!
Reverencias, visitantes! Agradecida por la visita.
Yo decidí no perseguirme con la poca frecuencia de escritura de blog…al cabo sigo sin escribir en él. Yo que vos hacía lo mismo, ya vendrán otros tiempos Gaby.
Me encantó la anécdota de la arañita, creo que esas pequeñas joyas de Astor son invaluables.
Un abrazo.
Gracias! Sí, ese Astor se ha comunicado con Levrero desde que uno nació y el otro murió. Es sutil pero ocurre.
Mi sentimiento de "pequeñas traiciones" no es con el blog en sí, sino con la escritura (de la cual escribir en un blog me parece una miserable migajita cuasi higiénica, digamos). Pero tenés razón: ya vendrán otros tiempos. Mayo, por ejemplo, con menos trabajo. Por cierto, se han embarcado dos grupos de argonautas virtuales de Montevideo, Rivera, Neptunia, Quito, Dubai, Bogotá y Washington DC! Empieza el viaje… ¿te acordás?
Besos, lindo saber de ti
PD: ¿Y a Uruguay cuándo? Bueno ¿y yo a México?
Hola Gaby, todo tiene su tiempo, quizás este tiempo que te parece no aprovechado es el tiempo para que germinen en tí historias nuevas.Recuerdo tu dicho no vayan tanto a la cantidad sino a la profundidad. Estoy segura que pronto vas a empezar a tejer.
Abrazo grande.
Stella
Es cierto que escribir no es solo escribir en el papel (o la pantalla), pero hay que poder ir bajando a tierra también. Ya llegará, ya llegará… Gracias, Stella Maris.