Esto es sólo por un tiempo. El sentido volverá. El sentido es el tiempo mismo, el presente. El tiempo no para mientras estamos inmersos en ese sin sentido del día a día. Astor crece. Astor ya no es ese bebé del simulado comercial de SMA. El tiempo se escurre. Cuando yo logre al fin salir del caos y el sin sentido, tendré frente a mí a otro niño, quizás a un hombre. Nunca vi un bebé más lindo, nunca vi un niño de un año más lindo, nunca vi un niño de dos años más lindo.

Tengo que concentrarme en el día a día, a pesar de su absurdo. Ver a través de él.

Ahí llega, buscándome, hablando en árabe:

“¡Mami, mami! ¡Tengo oto inoaurio!”